Onades que porten ideas


"ONADES QUE PORTEN IDEAS"

"Olas que llevan ideas".
Hablo contigo. Hablas conmigo. Me quedo con tus ideas. Te llevas las mías.
Me encuentro con otra persona y se repite el proceso.
Oleaje constante de ideas: las palabras.

lunes, 7 de noviembre de 2011

Cuando se dice adiós


Hoy quiero que el mundo imagine conmigo.
Hoy quiero que se cierren los ojos y cada cual se visualice en una pequeña 
capilla de muros blancos.
El cartel anunciador que ha visto colgado en la puerta del colegio sólo ponía
 el nombre del coro que iba a cantar, el nombre de la capilla, el día y la hora. 
Un concierto más de los muchos a los que había ido.
Sentado en unos bancos de madera, con las manos cruzadas y escuchando el murmullo general, lee el programa de la actuación que alguien ha dejado en su asiento, a la espera de su llegada. Un listado de diecisiete canciones de 
estilos y épocas muy diferentes, muchas de las cuales le son conocidas, hace 
que se alegre de haber asistido.
De pronto los altavoces lanzan al aire un pitido ensordecedor por el cual se disculpa la presentadora a través de un micrófono.
 “....así que recibamos con un fortísimo aplauso...”.
Las cantantes del coro de voces blancas salen de una puerta lateral y atraviesan los bancos en dirección al ábside, entre los aplausos rítmicos del público. En un momento en el que el artista aún no ha mostrado su arte, los aplausos que recibe no son sino corteses, de aliento, pero carentes de sentimiento. Ya llegará el sentir. El director, trajeado y repeinado, avanza en última posición cuando el cansancio ya ha apagado los aplausos. Una lástima.

Situado frente a las dos filas de jóvenes, alza los brazos y  comienzan a sonar las notas de un “Tourdion”.
Los aplausos que suceden a los últimos sonidos de la canción dejan ver que el público ha pasado 
del frío respeto del principio, al agrado.
A un artista, primero se le respeta por tener el valor de situarse ante un grupo numeroso de personas 
que van a juzgar su trabajo y, conforme va avanzando la actuación pueden darse dos fenómenos: o bien
 cae en desgracia y sólo consigue del público su respeto, traducido en fríos y rítmicos aplausos que 
terminan en seguida; o bien consigue llegar a sus corazones y es recompensado con aplausos animados 
que cada vez suenan más fuerte y en los que se percibe la gratitud de la gente por haber 
compartido su talento con ellos.

Es el segundo fenómeno el que se vive esta tarde. Desde ese “Tourdion”, a un “Alma, corazón y vida”, pasando por una nana, los aplausos que cierran cada canción son cada vez más calurosos, y las caras de la gente van reflejando cada vez más emociones.

Pero, en un momento dado de la actuación, una de las componentes del grupo de cantores pide 
la palabra para dar una noticia que cambiará el semblante de los presentes: el coro se disuelve. 
Esta es su última actuación.

Hay quienes ya lo sabían, pero, en cualquier caso, esas palabras han hecho recordar a todo el
 mundo, coro incluido, porqué están allí.

A partir de ese momento parece que la gente aplaude con más ganas, como intentando, aunque sabe que es inútil, que recapaciten, que no priven al mundo de sus voces, que ahora suenan tan bellas, como queriendo disuadir a un suicida. Porque para nosotros,
que ahora imaginamos, este concierto no nos parece otra cosa que los preparativos de un suicidio.

Y conforme avanza la actuación vamos  negando con la cabeza: “no es posible que se acabe”, pensamos, “no, no puede ser”.

Y así, negando y lamentándonos, llegamos a la última canción: “la Bella y la Bestia”.

Comienza sonando un piano, que toca el director, y con cada nota se derrama una lágrima de nuestros ojos. Pero esta vez no son la melodía y la letra las que nos emocionan. Ahora lo que emociona al punto del llanto es la certeza de que es la última canción.

Teniendo esa idea en mente, hacemos por retener cada nota, luchando contra el tempo, para que vaya más lento y no llegue nunca el final, sabiendo que cada sonido es uno menos que nos dedica el coro.

 Y así, entre lágrimas de tristeza, la canción termina.

Ahora el público se levanta aplaudiendo, haciéndose daño en las manos por la fuerza que emplean en ello. No hay duda de que el respeto inicial se ha sustituido por una emoción incontenible. Ahora es cuando aplauden porque quieren hacerlo, no porque deban mostrar respeto. Ahora suenan aplausos sinceros.

El público llora. El coro llora. El director llora.

Y es que, definitivamente, no es un concierto más: es el concierto más emotivo al que hemos ido.

Porque en aquella actuación sonaron, emulando al poeta, las últimas notas que ellos nos dedicaban.


 (enlace a la canción final)
  

Mis más sinceras condolencias a los miembros y al director del coro de voces blancas San Manuel. Porque yo sé lo que es dejar de hacer algo a lo que se le ha dedicado una parte importante de la vida. Y con vuestra actuación rememoré lo mucho que me gustaba lo que hacía y lo mucho que me duele ahora haberlo abandonado. Es solidaridad lo que me ha impulsado a escribir estas líneas. 
Espero que os hayan gustado.

lunes, 10 de octubre de 2011

ACORDES DE LA HABANERA "LA BALADA D'EN LUCAS"

Re

Jo tenia una caseta vora el mar

                                                 LA
Jo tenia un jardí florit i un cel de pau
       La7         Mim
Jo tenia una barca y unes xarxes a la platja
            LA         La7                 Re
I una dolça matinada al despertar.

Re
Quan vingueren gent de fora
Gent del nord
                                                        LA
Gent estranya que jugaven amb l’amor
                La7          Mim
Jo vaig perdre l’alegria i la pau de cada dia
        LA                          Re
I la cala que era el meu món.

Re
Ara hi penso dia i nit el aquell jardí florit
                                   Re7              Sol
I en la mare que esperava el meu retorn
                                               Fam#
I en la cala solitaria quan el so de la guitarra
            La7         Re
Li portaba una cançó

Re
Fins l’aroma dels meus pins
I les flors del meu jardí
                                   Re7          Sol
Tot ho tinc jugat i tot ho tinc perdut
Ja no em queda ni la vela
                        Fam#
De la barca marinera
            La7                       Re
Ni la cala que era el meu món.

miércoles, 20 de abril de 2011

No hay canciones gratuitas....todas tienen un por qué

"ALFONSINA Y EL MAR"



Por la blanda arena que lame el mar
su pequeña huella no vuelve más
un sendero solo de pena y silencio llegó
hasta el agua profunda.....
....un sendero solo de penas mudas llegó hasta la espuma

Sabe Dios que angustia te acompañó
que dolores viejos calló tu voz
para recostarte arrullada en el canto
de las caracolas marinas.....
....la canción que canta en el fondo oscuro del mar la caracola.

Te vas Alfonsina con tu soledad
¿qué poemas nuevos fuiste a buscar?
una voz antigua de viento y de sal
te requiebra el alma y la está llamando
y te vas hacia allá como en sueños
dormida Alfonsina, vestida de mar.

Cinco sirenitas te llevarán
por caminos de algas y de coral
y fosforescentes caballos marinos harán
una ronda a tu lado.....
.....y los habitantes del agua van a jugar pronto a tu lado.

Bájame la lámpara un poco más,
déjame que duerma nodriza en paz,
y si llama él no le digas que estoy
dile que Alfonsina no vuelve....
....y si llama él no le digas nunca que estoy, di que me he ido.

Te vas Alfonsina con tu soledad...

(Para aquellos que les guste y sepan tocar la guitarra, aquí les dejo un enlace a los  acordes de la canción)

¿Cuál es el por qué de esta canción? ¿Por qué el autor escogería un nombre tan difícil de rimar como el de "Alfonsina"? ¿Por qué la canción, la primera vez que se escucha, parece que no tiene sentido, como si todas sus estrofas no tuvieran nexo común?

Resulta que "Alfonsina y el mar" es una zamba que fue compuesta por los argentinos Ariel Ramírez y Félix Luna (cantada por Mercedes Sosa) como homenaje a la poetisa argentina Alfonsina Storni.
Sólo conociendo la vida, pero sobre todo la muerte, de esta mujer, se puede entender la canción. 



ALGUNAS DE SUS POESÍAS


 VOY A DORMIR

Dientes de flores, cofia de rocío, 
manos de hierbas, tú, nodriza fina, 
tenme prestas las sábanas terrosas 
y el edredón de musgos escardados.
Voy a dormir, nodriza mía, acuéstame. 
Ponme una lámpara a la cabecera; 
una constelación; la que te guste; 
todas son buenas; bájala un poquito.
Déjame sola: oyes romper los brotes... 
te acuna un pie celeste desde arriba 
y un pájaro te traza unos compases
para que olvides... Gracias. Ah, un encargo: 
si él llama nuevamente por teléfono 
le dices que no insista, que he salido...

EL CLAMOR


Alguna vez, andando por la vida,
por piedad, por amor,
como se da una fuente, sin reservas,
yo di mi corazón.


Y dije al que pasaba, sin malicia,
y quizá con fervor:
-obedezco a la ley que nos gobierna:
he dado el corazón.


Y tan pronto lo dije, como un eco
ya se corrió la voz:
-ved la mala mujer esa que pasa:
ha dado el corazón.


De boca en boca, sobre los tejados,
rodaba este clamor:
-¡echadle piedras, eh, sobre la cara;
ha dado el corazón!


Ya está sangrando, sí, la cara mía,
pero no de rubor,
que me vuelvo a los hombres y repito:
¡he dado el corazón!

LO INACABABLE

No tienes tú la culpa si en tus manos 
mi amor se deshojó como una rosa: 
Vendrá la primavera y habrá flores... 
El tronco seco dará nuevas hojas. 


Las lágrimas vertidas se harán perlas 
de un collar nuevo; romperá la sombra 
un sol precioso que dará a las venas 
la savia fresca, loca y bullidora. 


Tú seguirás tu ruta; yo la mía 
y ambos, libertos, como mariposas 
perderemos el polen de las alas 
y hallaremos más polen en la flora. 


Las palabras se secan como ríos 
y los besos se secan como rosas, 
pero por cada muerte siete vidas 
buscan los labios demandando aurora. 


Mas... ¿lo que fue? ¡Jamás se recupera! 
¡Y toda primavera que se esboza 
es un cadáver más que adquiere vida 
y es un capullo más que se deshoja!



LA INQUIETUD DEL ROSAL


El rosal en su inquieto modo de florecer
va quemando la savia que alimenta su ser.
¡Fijaos en las rosas que caen del rosal:
Tantas son que la planta morirá de este mal!
El rosal no es adulto y su vida impaciente
se consume al dar flores precipitadamente